Del 17 al 24 de septiembre de 2021 se realiza la exposición «100 años de muñecas 1860-1960» en el Museo Casona Santiváñez, de la ciudad de Cochabamba, con la presencia de 80 muñecas que provienen del Museo Elsa Paredes de La Paz.
La historia tiene miles de formas de mostrarse. Habitualmente son los héroes, batallas y guerras las que pueblan los libros y la mente de los estudiantes que deben aprenderse de memoria hitos históricos.
Sin embargo hay otra forma de conocer vidas pasadas. Una de ellas es por medio de las muñecas. Si bien como dice la arquitecta Roxana Salazar Paredes y directora del Museo Elsa Paredes de Salazar, en el silgo XXI pareciera que a los niños no les interesa otra cosa que estar pegados al celular sin mostrar interés por los juguetes, éstos representan hitos históricos importantes.
Cada juguete tiene un momento y una forma de contar la historia. He ahí las réplicas de la actriz Shirley Temple, o las muñeca de boudoir que acompañaron juergas nocturnas de las llamadas «damas de la noche», o las que fortalecieron, mediante su venta, a la lucha contra la esclavitud en los Estados Unidos de Norteamérica.
80 de las 2.000 muñecas que forman parte de la colección del Museo Elsa Paredes están de visita en Cochabamba. Se quedan hasta el 24 de septiembre en el Museo Casona Santiváñez, ubicado en la calle Santiváñez entre la avenida Ayacucho y la calle Junín.
La muestra se hizo posible gracias a la contribución de la gerente general del Hotel Boutique La Casa de Margarita, Margarita Salinas, y de la Dirección de Turismo y Cultura del Gobierno Autónomo Municipal de Cochabamba
100 años de muñecas
El centenario de la muestra busca que los visitantes comprendan el devenir histórico de esta área de la juguetería. Cómo se fabricaron las muñecas, los materiales que se usaron en 100 años de muñecas destinadas a las niñas, a preservar trajes o bien a ser objetos decorativos.
Destacan en la exhibición tres autómatas que tienen movimientos articulados. Un platillero, una dama que se abanica y sostiene unas antiparras y un violinista al que cuando se le ajusta el estómago toca el violín.
Están también presentes las muñecas hechas de porcelana, las de carey, madera, fieltro, y plástico. Algunas de ellas visten trajes confeccionados en la época de su producción y otras han sido vestidas con vestidos confeccionados por la directora del museo, Roxana Salazar Paredes.
Salazar indica que los 100 años de muñecas busca atraer a familias completas, para que puedan observar a las muñecas, conocer cómo se hicieron y también
La afición por las muñecas
La afición de Elsa Paredes de Salazar por las muñecas comenzó cuando ella tenía ocho años. En ese entonces, su madre le regaló dos muñecas: una hecha artesanalmente, vestida con traje típico del Altiplano, y otra de manufactura alemana, hecha de porcelana. A partir de ese momento, Elsa coleccionó muñecas hasta el final de sus días.
Su pasión la llevó a coleccionar más de 800 muñecas, aunque no todas las adquirió ella, sino que también se las regalaron, sobre todo sus amigos y su esposo, quien era diplomático y estaba constantemente de viaje. Sin embargo, no solo coleccionó muñecas ya fabricadas, sino que creó con sus propias manos varias de ellas e incluso les hizo ropa.
Sus descendientes, luego de su fallecimiento en 2013, han formado su colección se exhibe en el museo que lleva su nombre.
El museo de muñecas expone una extensa colección permanente de muñecas con trajes típicos de Bolivia y el mundo perteneciente a la doctora Salazar con la intención de regalar al público un espacio de sano esparcimiento familiar en el que se combinan cultura, historia, y arte.
Bebé afroamericano Dama antigua La muñeca Linda Miranda, producida en Argentina. Fue famosa en la década de 1940. El slogan para su promoción era: «Muñeca Linda Miranda, es linda, mira y anda»
La intención de la coleccionista e investigadora boliviana Doña Elsa Paredes de Salazar fue mostrar esta colección privada al público para su difusión y conocimiento, implicó su amplio deseo de compartir una parte sustancial de la cultura de los pueblos que es la vestimenta tradicional sobre la que escribió su tercera producción intelectual denominada ”Presencia de nuestro pueblo”.
Señaló que el estudio exhaustivo de los trajes regionales desde sus orígenes y el hecho de establecer similitudes, analogías, defectos e inconvenientes en su uso cotidiano, incide en la vida y en la sociología nacional demarcando inclusiones y exclusiones sociales que atentan contra un estado de igualdad social, al haberse transformado la vestimenta en un factor discriminatorio.
El famoso Fulgencio, el único muñeco de fieltro en los 100 años de muñecas Novia de finales del siglo XIX, vestida con un ajuar completo.
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