Un estudio presentado por el ex Ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Mauricio Medinaceli, propone reformas «urgentes» al área de hidrocarburos del país.
Desde hace un quinquenio, Bolivia ha experimentado un declive en reservas de gas natural y tiene poco éxito en las tareas de exportación.
El «Breve análisis y prospectiva de la industria del gas natural boliviano: 1980-2021», del experto Mauricio Medinaceli, presenta una reseña sobre las negociaciones de exportación de gas, el periodo de auge entre 2006-2015 y las recomendaciones para este sector.
Durante una presentación, vía Zoom, Medinaceli mencionó que Bolivia tiene un «problema institucional» y que es necesaria una «reingeniería legal» o el «cambio de las reglas del juego» para revertir la debilidad de Bolivia como abastecedora del energético.
Un cuarto de siglo trabajando por los hidrocarburos
Entre 1974 a 1999 cinco presidentes bolivianos y la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) fue una especie de «hilo conductor de las negociaciones» que consolidó el gasoducto entre Bolivia y Brasil lo que ha dado como resultado que Bolivia obtenga uno de sus mayores logros económicos y de autoestima en su historia: Exportar gas natural al Brasil.
Medinaceli expuso que en la década de 1980 el gas natural boliviano «era desechado» y hasta «quemado» en un tiempo en el que solo se extraían líquidos, para obtener gasolina, y no había infraestructura mercado para la venta del gas.
El gas comenzó a fluir desde los campos bolivianos a Brasil, en 1999. Los millones de metros cúbicos crecían cada año y los ingresos por exportaciones también. La ley de hidrocarburos de 1996 atrajo a grandes empresas petroleras con un sistema de regalías competitivo en la región que aplicaba una tasa de 18% para los campos que se descubrieran luego de aprobada la ley.
Caída vertiginosa de los hidrocarburos
En 2005, luego de varios meses de discusiones, y después de que en 2003 se diera la llamada ‘guerra del gas’ por oposición a que se exporte gas natural a Estados Unidos saliendo por puertos chilenos, se aprobó un cambio a las reglas de juego, una nueva ley de hidrocarburos promulgada por el presidente del Congreso, Hormando Vaca Diez.
Con esa ley se subió el impuesto a la producción creando el Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH). Con el IDH del 32% más la regalía del 18%, las empresas productoras estatales y privadas, debían pagar 50% de impuesto ciego más los impuestos generales.
El MAS antes de ser gobierno se opuso al IDH porque prefería una regalía que pudiera controlar desde el gobierno central.
El país, durante el auge, vendió alrededor de 6 trillones de pies cúbicos (TCF) algo que hizo que pase de ser un país «de ingresos bajos» a uno de «ingresos medios« gracias a los precios «extraordinariamente elevados» que pasaron de $us 1 el BTU a los $us 9 en el mejor momento.
Ese auge fue hasta 2015, año en el que «la producción (de gas) comienza a decaer» junto con la baja de precios internacionales y con ello el descenso de regalías asignadas por una «Ley de Hidrocarburos» de 2005 que estableció un nuevo régimen impositivo a las empresas extranjeras a favor del Estado boliviano.
Como menciona Medinaceli, esta ley es una ley de cosecha y no de siembra, por lo que no ayuda a generar más y mejores ingresos, y «ahora no funciona».
En los años anteriores los operadores se dedicaron a la «explotación» mientras que la capacidad de recuperación de los yacimientos «no ha sido la esperada» y las reservas comprobadas y certificadas no son las esperadas y tampoco se hizo (la certificación) en todos los años.
“El IDH es muy malo realmente porque no es progresivo, pero en su momento de precios altos hizo que toda la renta del gas no fuera al gobierno central, sino a los gobiernos regionales; municipios y gobernaciones. Este impuesto creado en 2006, permitió ingresos para el país, pero hizo insostenible en futuro del sector gasífero boliviano.”
Mauricio Medinaceli
Contracción económica
Como se recordará el precio del petróleo cayó en 2015, y la situación económica, que parecía óptima, cayó a niveles nunca esperados y ni siquiera sospechados.
Cayeron las exportaciones del, el IDH, y el entonces Ministro de Economía y actual presidente, Luis Arce Catacora, pidió a los alcaldes del país se volvieran «muy imaginativos» para ver de dónde podrían obtener los ingresos para sus municipios porque el IDH ya no era lo que solía ser.
La contracción llegó a las regalías y por supuesto el crecimiento económico, porque el crecimiento del país estaba sustentado en la exportación de gas y básicamente en los precios internacionales del petróleo y el gas.
“El déficit fiscal sube, el déficit de cuenta corriente también y toda la economía entra en contracción porque el shock externo daña a la economía, y eso asociado a la poca actividad exploratoria, hace que la capacidad productiva del país en materia de gas empiece a sufrir al punto que el año 2018 pagó una multa de más de 100 millones de dólares por no poder enviar (los volúmenes contratados) de gas a Brasil. Esto obliga en 2019 a negociar una adenda al contrato para disminuir los volúmenes obligatorios de entrega y, una adenda con Argentina el año 2020 en el actual gobierno, para disminuir los volúmenes porque nuestra capacidad productiva es menor”, rememora Medinaceli.
Reforma estructural
Medinaceli refirió que el estudio Breve análisis y prospectiva de la industria del gas natural boliviano: 1980-2021’, muestra «curvas de declinación» y que aún se mantienen si se incorporan los nuevos proyectos anunciados por el Gobierno Central, por lo que «las reformas que se tienen que hacer al momento son urgentes».
«Aun con los nuevos proyectos, el año 2033 ya no podremos enviar volúmenes a Argentina y el año 2040 ya no podremos enviar al Brasil», alertó.
El estudio propone que YPFB sea eficiente y corporativa, sin que esto signifique una privatización, sino que la empresa estatal pueda «acudir a los mercados financieros internacionales» en vez del Banco Central de Bolivia (BCB), afirmó.
Otra de sus propuestas está en hacer un «sistema tributario más flexible» con porcentajes de tributos variables, además de abrir áreas de adjudicación para empresas extranjeras en las que exista un sistema de licitación.
También propone la modificación a la Ley de Hidrocarburos que aliente la exploración y que sea «una ley de siembra» a diferencia de la ley vigente junto al «ajuste de precios en el mercado interno».
Sobre este último punto, Medinaceli considera de que «es necesario quitar el subsidio progresivamente a los combustibles» algo que se «debe discutir» con los sectores como amas de casa, sindicatos de transportes, para que sea una medida «consensuada».
En su explicación sobre el estudio, Medinaceli también mencionó sobre lo «débil» de la posición de negociación de Bolivia ante Brasil y Argentina, los principales mercados del gas natural boliviano, por el descubrimiento en esos países de nuevos yacimientos y de nuevos proveedores del energético.
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