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jueves, noviembre 21, 2024
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Parque de las Memorias, el logro de Teresa Saavedra desde hace 35 años para Bolivia y dentro de poco tendrá Casa Aura


Teresa Saavedra de Andrade, la mujer empresaria, pujante y visionaria, que ha creado el cementerio jardín Parque de las Memorias, revela en exclusiva a VALOR AGREGADO el nuevo servicio que ofrecerán, se trata de Casa Aura, una casa de homenaje, evocando a la casa familiar, donde se efectuarán velorios, tanatopraxia, así como otros servicios gastronómicos y de hospedería para familiares dolientes.

Casa Aura está ubicada en la Ciclovía caso esquina Avenida Atahuallpa, en la zona noroeste de la ciudad de Cochabamba, Saavedra informa que la tanatopraxia se efectúa dentro de un laboratorio, que ha sido certificado por expertos argentinos, y consiste en proporcionar al rostro y/o del fallecido o fallecida, un tratamiento especial para devolverle una apariencia adecuada. Remarca que esta acción se hace para que los dolientes puedan efectuar un duelo pacífico, especialmente en caso de que la muerte haya sobrevenido por accidente o por una larga enfermedad.

«Con esta práctica, los familiares pueden empezar a hacer una despedida más serena» indica.

La génesis del Parque de las Memorias

El Parque de las Memorias se ha transformado en un referente en la ciudad de Cochabamba. Teresa Saavedra, es la empresaria detrás de este servicio de exequias, y comenta que el Parque nació con una filosofía de largo aliento y abrazado a valores fundamentales específicos.

«El parque nace hace más de 37 años cuando lo comenzaron a construir y 35 desde que presta servicios. En Bolivia, al igual que en muchos países latinoamericanos no existían los cementerios privados porque se consideraba o tuición de la iglesia o del municipio local, entonces recopilamos la información histórica de Latinoamérica y la compartimos con el Concejo Municipal de Cochabamba. De ahí nació el primer reglamento para cementerios privados, y bajo ese régimen operamos. Los predios nos pertenecen y tenemos la licencia para operar como cementerio privado», remarca su fundadora.

Tuvimos la idea de hacer un parque desde varios hechos, en los que se entremezclan nuestra filosofía y valores familiares que se traducen en pilares fundamentales de la empresa, rememora.

«Nuestra historia queda marcada por una peculiaridad dividida en dos partes: cuando mi esposo Ramiro Andrade se fue de intercambio a Nueva York, se quedó con la familia un año entero, no cambió de casa. La mamá postiza era catedrática en la Universidad de Cornell y el papá postizo era empresario. En algún momento le comentaron que tenían entre sus negocios un cementerio y eso quedó marcado en su memoria», recuerda.

En su caso se dio gracias a una vocación porque Teresa buscó la profesión y la profesión la buscó a ella. Empezó estudiando sociología y antropología, pero dejó de lado la doble carrera. Después dejó la carrera de derecho, entró a administración y finalmente se especializó en servicios exequiales e hizo cursos sobre el duelo y tanatopraxia.

Luego les tocó presenciar una tragedia, varios de sus amigos tuvieron a familiares que perdieron la vida en un accidente aéreo, cuando repatriaron los cuerpos en el cementerio general de Cochabamba «estaban los nichos y las imágenes de ese momento fueron dolorosas, por la parte técnica y el ambiente, y mientras sucedía la ceremonia Ramiro dijo que no se podía enterrar a alguien así, sino de manera respetuosa y con detalles que te acompañen en momentos tan traumáticos con un ambiente que amortigüe y acompañe tu dolor y luego en el momento de volver, sea un espacio grato».

Continua con su relato e indica que quedaron con la idea, al investigar, vieron que sólo habían los cementerios tradicionales, o los particulares como el alemán o el israelita, por lo que buscaron un terreno, primero en Tiquipaya, pero el área estaba protegida por la Ley de Misicuni, cambiaron de rumbo hacia Sacaba, y allí compraron un terreno.

También hallaron a un programa de profesionales canadienses quienes próximos a jubilarse prestan sus servicios alrededor del mundo, tuvieron la suerte de contactar a un profesional experto en el área, Bill Wildman, y a su esposa especializada en paisajimo, puntualmente para parques cementerios.

El experto hizo una investigación de mercados para saber si los cochabambinos podían hacer compras anticipadas, de espacios en el cementerio jardín, así como y la implementación de un área verde en el lugar. Luego del resultado positivo de la factibilidad, se dieron a la tarea para que el parque sea verde, excavamos manualmente, como lo seguimos haciendo ahora, tenemos laguna artificial, pozos fuera del parque, que regamos con aspersión, y así lo tenemos verde, destaca Teresa.

"Somos el primer cementerio jardín del país y cumplimos con una normativa internacional que la cumplimos aunque no exista en Bolivia. Pensamos a largo plazo. Estamos en 6 hectáreas, con 6 hectáreas adyacentes, propiedad de la empresa, y cumplimos con la normativa de estar cerca a áreas de grandes equipamientos para que la mancha urbana verde sea protegida por un parque cementerio". Teresa Saavedra de Andrade, fundadora del Parque de las Memorias.
«Somos el primer cementerio jardín del país y cumplimos con una normativa internacional que la cumplimos aunque no exista en Bolivia. Pensamos a largo plazo. Estamos en 6 hectáreas, con 6 hectáreas adyacentes, propiedad de la empresa, y cumplimos con la normativa de estar cerca a áreas de grandes equipamientos para que la mancha urbana verde sea protegida por un parque cementerio». Teresa Saavedra de Andrade, fundadora del Parque de las Memorias.

El crecimiento del parque

Bill nos acompañó en una segunda parte y aún creía que era inviable por el tema del césped, le enviamos unas fotos con el parque verde, y reconoció que lo logramos.

El parque ha sido concebido a largo plazo, con diferentes etapas, a un inicio tuvieron una sala de velación y unas oficinas en el parque, pero las demolieron y construyeron oficinas nuevas, comedores para el personal y siguen construyendo salones velatorios en el parque, así como un horno crematorio que es el único en Bolivia, que reúne todas las características técnicas con normativa para no dañar al medio ambiente.

El Parque de las Memorias ha sido afiliado a la asociación latinoamericana de parques cementerios y servicios exequiales, y con ellos caminan de la mano para un intercambio profesional, para estar un paso adelante en su quehacer profesional.

El parque se ha abocado a un credo que se basa en la no utilización de símbolos de una muerte terrenal, más allá de cualquier religión y creencia, busca ser un tributo a la memoria, que sea una celebración de vida y permita encontrar paz y serenidad con mucha luz, flora y fauna que pueda apaciguar los momentos dolorosos que vive un ser humano.

Allí tienen placas o lápidas, que llevan el nombre de acuerdo al certificado de nacimiento, ponemos la fecha de la partida, no del nacimiento, porque, destaca Saavedra, lo importante es la huella que cada persona deja en la vida.

Tenemos un espacio de notables que son quienes han sobresalido y realizaron labor importante para el país y tenemos un espacio donado a los beneméritos de la guerra del Chaco.

Los sitios memoriales están oriendados de este a oeste, tomando en cuenta la simbología de puesta y salida del sol y del ciclo de vida y muerte.

La destacada profesional del Parque de las Memorias

Teresa Saavedra comenzó como supervisora administrativa del parque, luego asumió la gerencia general del parque y comenzó con una carrera rápida de gran satisfacción personal, gracias a la Asociación Gremial Latinoamericana de Cementerios y Servicios Funerarios (ALPAR).

«En 2006 aprendí mucho, postulé al consejo directivo de ALPAR y gané el puesto en el consejo como miembro principal de 2007 a 2009, luego varios colegas me postularon para la presidencia del organismo latinoamericano, he sido la primera mujer latinoamericana y boliviana en asumir ese puesto, fue todo un honor y orgullo asumir ese cargo y logré ser presidente de la asociación durante cuatro periodos consecutivos, además de ser elegida por ovación», subraya.

Fue una carrera rápida y en 2010 quedó elegida como tercera vicepresidente del organismo mundial, en China, y durante dos años ejerció ese cargo. De 2016 a 2018 fue presidente del organismo mundial, jefe de delegación ante la ONU y la UNESCO que tiene que ver con patrimonio funerario, es decir con toda la construcción tangible e intangible relacionados con la pena, muerte y dolor.

Hace dos meses más allá de haber cumplido con sus labores internacionales ha quedado como miembro honorario de estas instituciones.

«Al haber visitado tantos parques cementerios y lo que se hace en el mundo, hay mas cosas que se asemejan que no diferencian, la gran riqueza está en las enseñanzas personales profundas y que enseñamos a nuestro personal: la humanidad es tan increíble que cuando reímos no importa el color de piel, o nuestra nacionalidad, lo mismo ocurre con el dolor. El dolor sobrepasa barreras geográficas, idioma, y religión».

«Veo la vida como si fueran etapas de un partido de fútbol: un primer tiempo para reunir las mejores cualidades, y ver lo que se ha sembrado; un segundo tiempo con goles y satisfacciones, luego está la tercera etapa la del descuento: a uno le toca estar un paso atrás y ver a nuevos líderes, con nuevos caminos y esa vitalidad y juventud está lista para llevar a una siguiente etapa».

Con esa visión es que Teresa ha dejado en manos de su hijo menor, Nicolás Andrade Saavedra de gerente general del parque, su hijo Mauricio que se dedica a la unidad de repatriación de restos humanos y del Brazo social se dedica su hijo mayor Daniel, que devuelve a la comunidad, a través de una fundación, obras para la sociedad.

El Parque de las Memorias ha sido certificado por Great Place To Work, como un gran lugar para trabajar, también desarrolla otras áreas relacionadas con el arte y la cultura, así como protocolo funerario.

El 30 de octubre inauguró una obra de arte del artista Luis Gómez de Terán (Italia-Venezuela), con la intención de mostrar cómo el arte convoca y evoca a quienes han partido, de una manera profunda y, en este caso, plena de nostalgia.

Nicolás Andrade Saavedra, Ramiro Andrade, Teresa Saavedra, Luis Gómez de Terán y Daniel Andrade.
Nicolás Andrade Saavedra, Ramiro Andrade, Teresa Saavedra, Luis Gómez de Terán y Daniel Andrade.

Antes del descubrimiento de su obra, habló Daniel González, historiador de arte, quien habló sobre el «Memento mori» y las «Vanitas«, así como por las interpretaciones realizadas por varios pintores respecto a la muerte y su significado.

Magda Rossi del colectivo Perros Sueltos explicó que la obra de Gómez de Terán responde a la convocatoria de la primera versión de «Tintajayu», una residencia que acogerá a varios artistas dando una oportunidad para explorar obras que profundizan la relación entre la muerte y la sensibilidad humana.

La obra del artista italiano, está realizada en vidrio blindado y ha sido colocada en el jardín cerca a los árboles, para brindar a los visitantes un lugar de tranquila contemplación artística.

Para el 2024 el Parque de las Memorias abrirá Bau, dedicada a las mascotas.


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Monica Briançon Messinger
Monica Briançon

Monica Briançon Messinger es Premio nacional al periodismo especializado en banca. Tiene un Máster en Dirección de Comunicación Empresarial e Institucional por la Universidad Autónoma de Barcelona. Titulada en Ciencias de la Comunicación Social por la Universidad Católica Boliviana.

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