Residuos de caucho convertidos en pisos para parques de niños. Latas, plástico y cartón dando nuevas oportunidades. Papel que vuelve a ser usado para dar vida a atractivas libretas. La reutilización y el reciclaje cobran cada vez más fuerza en Bolivia.
“La basura de uno, es el tesoro de otro” es el conocido refrán que muchos olvidamos a la hora de crear un negocio.
Es así el caso de 4 emblemáticas empresas que ha puesto el desarrollo de su emprendimiento centrado en aquello que se pudo clasificar como basura, y que, gracias a su trabajo, se ha transformado en materiales de nuevo uso.
4 iniciativas de reciclaje en Bolivia
El primer caso es de Manuel Laredo, creador de Pisos Mamut, la empresa que transforma residuos de caucho a materiales de construcción sostenibles. Utiliza residuos o “basura” de otras industrias (caucho de llantas en desuso y de repuestos de vehículos, entre otros) como insumos clave para la producción y venta de pisos de goma para parques infantiles, parques urbanos de calistenia, pistas atléticas, canchas deportivas y ahora su nueva diversificación a productos de seguridad vial.
A finales de marzo de 2022, la Cámara de Diputados del Estado Plurinacional de Bolivia otorgó a Laredo el reconocimiento de ser un emprendimiento tecnológico destacado.
El negocio del reciclaje en Bolivia es relativamente inexplorado, y cada vez más, la gente se da cuenta de su potencial económico. Es el caso de las Reciclandantes, un grupo de mujeres que se dedica al reciclaje para generar sus propios ingresos. Ellas reciclan desde hace 20 años y fueron evolucionando poco a poco en una asociación de alto valor y renombre en Bolivia. Este mayo de 2022, abrieron su centro de acopio para residuos reciclables en la zona de Irpavi, en la ciudad de La Paz, que será completamente administrado por ellas.
Organizarse alrededor de los residuos e impulsar una iniciativa de reciclaje con objetivos de generación de ingresos ha permitido a las Reciclandantes recuperar el uso de casi todo, desde zapatos hasta muebles. Así han creado trabajo para muchas mujeres que partieron de cero para ahora ver cómo su negocio crece.
Desde el lado de las grandes compañías también hay iniciativas de impulso al reciclaje. Una reciente es la lanzada por Nestlé en Bolivia, que en medios de comunicación y redes sociales impulsa el reciclaje de las cajas de todas sus líneas de cereales, ya sean en emprendimientos o dentro de los hogares bolivianos. “Trabajar con materiales en desuso no sólo tiene puntos positivos en lo económico, sino también es la ocasión de crear”, sostiene la gerente de Asuntos Corporativos de esa empresa, Inés Lara.
Y esto último lo tiene claro Tamiz Papel, un emprendimiento que nació en pandemia. Esta empresa transforma los papeles ya usados en libretas, papel plantable (semillas que se encuentran dentro del papel) y en cartas de presentación, entre otros de sus productos.
Todos realizados de manera artesanal, gracias a la creatividad y el reúso de objetos que cualquiera daría por desechos. Esta empresa ha logrado imponerse ante las dificultades de la pandemia y la crisis, y de forma sostenible se ha posicionado en el mercado de libretas y de papel.
La contradicción entre negocios prósperos y ecológicos se queda en el pasado, mientras vemos casos como los ya citados tener éxito al apostar por este modo de funcionamiento. Solo hace falta creatividad y un plan para prosperar salvando al planeta.
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