El destacado nefrólogo boliviano Rolando Claure del Granado formó parte de una importante investigación mundial, denominada Iniciativa 0by25, que tiene como objetivo eliminar las muertes evitables por Lesiones Renales Agudas (LRA), en todo el mundo, para el 2025.
En 2013, la International Society of Nephrology (Sociedad Internacional de Nefrología, por sus siglas en inglés) lanzó esta iniciativa y llegó a la conclusión de que las LRA se pueden prevenir y tratar, en gran medida, si los síntomas se identifican tempranamente y se administra el tratamiento adecuado.
“En el mundo hay 13,3 millones de casos al año. En países con ingresos económicos bajos y medios como el nuestro la incidencia de esta enfermedad es alta con aproximadamente 1,3 millones de casos cada año y de manera global de 1,7 millones de personas que mueren por insuficiencia renal aguda en el mundo 1,4 millones de estos fallecimientos se producen en países con ingresos económicos bajos y medios como el nuestro”, manifiesta el líder de la investigación, el nefrólogo Claure Del Granado.
Agrega que la iniciativa es una iniciativa global pero hace énfasis en países con ingresos económicos medios y bajos de África, Asia y América Latina, enfocándose en poblaciones desfavorecidas y de escaso acceso a la atención en salud.
Trabajo del nefrólogo boliviano
El estudio 0by25 emplea una estrategia de fácil aplicación llamada Estrategia de las Cinco Erres, que permite un diagnóstico y tratamiento oportunos de la insuficiencia renal aguda en pacientes con factores de riesgo para esta enfermedad.
El estudio que se hizo tenía como objetivos proporcionar evidencia nueva y convincente que demuestre la importante de la carga global de la insuficiencia renal aguda como una enfermedad no comunicable, comprender mejor su prevalencia, mejorar los métodos de diagnóstico y tratamiento.
“Promete promover una mayor conciencia de la insuficiencia renal aguda en nuestra comunidad – asevera el nefrólogo – y en nuestros servicios de salud a través de programas de educación y entrenamiento a personal de salud, y finalmente tomar o desarrollar ciertas acciones como coordinar el trabajo con ministerios de salud en países de ingresos económicos medios y bajos para desarrollar una infraestructura sostenible, desarrollar estrategias que puedan ser aplicadas de manera global que permitan el diagnóstico y tratamiento oportunos de la insuficiencia renal aguda”.
Complementa que “antes del inicio del estudio se lanzó una convocatoria para que centros como el nuestro, que está en la Caja Nacional, en el Hospital Obrero Nº 2, pudieran aplicar, por medio de una invitación a ciertos investigadores como mi persona que tiene experiencia en este tipo de enfermedades en países de ingresos económicos medios y bajos. Se hizo una evaluación y se escogieron tres centros pilotos. Un centro piloto en Malaui, África, un centro piloto en Nepal, en el Asia, y un centro piloto para América Latina. El elegido fue en Bolivia, en Cochabamba, siendo yo el investigador principal de este centro”.
La investigación de campo
De manera sencilla, explica el investigador, el estudio consistió en que a los pacientes que llegaban a los centros de salud, o a los servicios de emergencia de hospitales, de segundo nivel o de tercer nivel, de acuerdo a un puntaje de riesgo, desarrollado por el estudio se los clasificaba como riesgo bajo, riesgo moderado o alto. Todo aquel paciente que era identificado con riesgo moderado o alto (para desarrollar esta enfermedad) se le tomaba una muestra de sangre y con tan solo una gota, al igual que se hace para la determinación de glucosa, estudiábamos el nivel de creatinina y así podíamos evaluar la función renal.
Y en un examen de orina podríamos ver si el paciente tenía función renal normal, o tenía una función alterada, ya sea de manera aguda o crónica. A estos pacientes les hacíamos un seguimiento durante su hospitalización e identificábamos si desarrollaban un daño renal agudo, o una insuficiencia renal aguda.
Este periodo de seguimiento implicaba siete días y también implicaba hacer un seguimiento al mes, a los tres meses, y a los seis meses de que el paciente hubiere sido dado de alta del hospital. El estudio tuvo tres fases. Una fase de observación, una de educación donde se educó al personal de salud sobre la importancia de la enfermedad y se les dio protocolos de atención, cómo usarlos como usar los dispositivos, cómo identificar pacientes de riesgo y finalmente una fase de intervención donde se aplicaba todo el conocimiento adquirido a través de la fase de observación previa y se mejoraba la atención de estos pacientes además de aplicarse diversos protocolos de manejo médico.
La Iniciativa 0by25 exige estrategias globales para diagnosticar y tratar las LRA en pacientes con enfermedades potencialmente reversibles, especialmente en poblaciones desfavorecidas con escaso acceso a la atención.
Conclusiones del estudio
Este estudio piloto dio información muy valiosa nueva sobre la epidemiología de La Insuficiencia Renal Aguda, en países de ingresos económicos bajos de Asia, África y América Latina.
Se ha demostrado que existe una alta frecuencia de disfunción renal en la comunidad que se asocia con desenlaces adversos como por ejemplo un incremento de la mortalidad en estos pacientes.
También demostró que intervenciones tempranas y simples que incluyen educación del personal de salud, pruebas de laboratorio con dispositivos móviles, tecnología de salud móvil -como el uso de tablets– así como las previsiones, deben ir acompañadas de reformas en los sistemas de salud de estos países para garantizar que los pacientes identificados, reciban todos los tratamientos necesarios para evitar una insuficiencia renal aguda, o que ésta se vuelva grave, o que progrese hacia estadios de gravedad, o que los pacientes requieran diálisis e inclusive lleguen a la terapia de reemplazo renal.
La segunda parte de esta iniciativa, la Kidney Care Network (Red de Cuidado Renal) es la fase de intervención e implementación de la Iniciativa 0by25, de la sociedad internacional de nefrología, de la cual forma parte Claure del Granado.
Este proyecto se enfoca en la educación y capacitación en cinco países para lograr una mejora en la detección y manejo de la insuficiencia renal aguda, que sea sustentable y de bajo costo.
Fue lanzada en julio de 2017 en Bolivia, Brasil, Malaui, Sudáfrica y Nepal. En estos países expertos locales como el doctor Rolando Claure del Granado, han establecido programas de educación y capacitación para pacientes con insuficiencia renal aguda, en cooperación con instituciones locales.
En el caso particular de Cochabamba, la institución que participó fue Caja Nacional de Salud Hospital Obrero Nº 2, autoridades locales, el Ministerio de Salud y su programa de salud renal y sociedades científicas como la Sociedad Boliviana de Nefrología.
Este proyecto también busca ampliar el modelo de cuidado para el mejor manejo y tratamiento de la enfermedad renal crónica y la enfermedad renal crónica terminal.
El proyecto Kidney Care Network, lanzado en julio de 2017, evalúa si una intervención exitosa del Estudio Piloto de Factibilidad puede convertirse en atención médica de rutina en países de ingresos bajos y medianos y lograr una mejora sostenible liderada localmente en la detección y el tratamiento de la Lesión renal aguda LRA. Kidney Care Network se lleva a cabo en cuatro ciudades de los países participantes: Bolivia, Brasil, Sudáfrica y Nepal.
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